pequeños que en el kéfir de leche.
Las propiedades beneficiosas para nuestro cuerpo son las mismas pero su
elaboración es más compleja, necesitamos un bote de cristal para su
preparación, en él añadimos tres cucharadas soperas de nódulos de
kéfir por cada litro de agua, luego se añaden tres cucharadas soperas
de azúcar, medio limón y un fruto seco como por ejemplo un dátil, higo
o ciruela. Después se remueve todo con una cuchara de madera u otro
objeto no metálico y se deja macerar 2 días, removiéndolo a las 24
horas. El bote no debe cerrarse hay que poner en la boca una
servilleta de papel con una goma o una tela para que pueda respirar ya
que fermenta y produce gas.
Cuando lo saquemos del bote lo pasamos a botellas con tapón, ya se
puede beber, en la botella irá cogiendo gas,
al final nos tiene que quedar una bebida gaseosa con sabor agradable.
El limón se exprime y se añade a la bebida para que coja sabor a limón.
